EN NAVIDAD ........¡CANGREJO!

Lo cierto es que mi intención, no es animar en esta entrada a degustar las delicias internas de nuestros amigos crustáceos (actividad nada desdeñable en estas fechas tan culinarias).  Sin menospreciar a los bueyes de mar o los centollos, mas bien os quería hacer llegar un nuevo asombro natural que se produce cada año en la Isla de Navidad (Christmas Island), al noroeste de la ciudad de Perth, Australia. Una isla, en la que viven aproximadamente 1500 personas y unos 120 millones de cangrejos rojos (Gecarcoidea natalis). 

Estos, cangrejos, originarios de la Isla de Navidad, no se encuentran en ningun otro ecosistema mundial y llama la atención, no sólo su elevado número sino también su comportamiento absolutamente abrumador para los habitantes de la isla y sus visitantes.Durante la mayor parte del año, estos cangrejos viven en sus madrigueras de la selva tropical huyendo del intenso calor para mantener la hidratación corporal.  Es por ello, que en el último trimestre del año, coincidiendo con la época de lluvias, y aprovechando la humedad relativa de un 70%-80% comienzan una migración en masa hacia la costa para reproducirse y desovar. Este viaje de una semana de duración, en jornadas incansables de 12 horas al día, es altamente peligroso para los cangrejos, dado que se ven obligados a atravesar carreteras, ciudades y toda clase de obstáculos ante la mirada atónita de cuantos los observan.

Es tal el número de individuos que invaden las calles, que el gobierno isleño se ha visto obligado a tomar medidas de protección. Lugares de paso, zonas señalas, cartelería o protectores en las carreteras evitan que miles de estos animales mueran aplastados.

Una vez han conseguido llegar a la costa se produce la cópula y los machos regresan a la selva mientras las hembras pemanecen en las madrigueras cercanas al agua esperando a que los huevos ya fertilizados se desarrollen.  A continuación, en unas noches concretas, (se cree que tiene influencia los ciclos lunares), todas las hembras al mismo tiempo acuden a depositar sus huevos en el agua  aportando cada una de ellas aproximadamente 100.000 huevos.  Posteriormente las larvas vivirán aproxidamente un mes en el mar antes de regresar a la orilla, mutando de seres acuáticos a terrestres y adentrándose lentamente en tierra firme para comenzar un nuevo ciclo.